10 de diciembre 2023

Diego Yuyi
Estoy así de cerca de convertirme en mi hermano, de descargar las imágenes de Donnie Darko, Gummo y escuchar el soundtrack de Ex Drummer. Algunas de las películas que definen a mi hermano son esas, junto con el Hombre Elefante, Cabeza Borradora, Braindead, y ahora pienso en El día de la Marmota como uno de mis intentos fallidos por convencerlo de evitar su convicción suicida.

Dos cosas se me vienen a la mente,
1. Y es que yo no pensaría en momentos como este que me convierto en mi hermano, si es que él estuviese aquí al lado mío. Pensar en la posibilidad mágica de tenerlo aquí, acostado al otro lado de mi cama como aparece el conejo de Donnie Darko sabotearía esa idea de convertirme en él porque ya no estaría su espacio vacío para rellenarse, con su ropa, sus gustos, sus expresiones o gestos. No hay un traje con su vestimenta como para que yo lo utilice por más que crea que puedo juntar los componentes definitivos de su persona para invocarlo y así, tenerlo presente cerca mío.
2. El hecho de ver juntos el día de la Marmota y creer que podría frustrar sus ideas suicidas es solo un aprendizaje que puedo retener para hacerme consciente de lo fútil que puede ser algo tremendamente significante o revelador para los demás.
3. Anoche soñé que montaba una película sobre mi papá para honrar su paso por mi vida y cuando se la mostraba se decepcionaba de mí por el orden de planos, sin quererlo hacía algo tremendamente cliché que correspondía a una idea de lo que yo creí que le gustaría pero en realidad, no tenía nada que ver conmigo mismo ni desarrollaba la particularidad de mi propia mirada. Su reacción era tan previsible y yo me sentía tan avergonzado al haberme expuesto a mostrarle algo que no me enorgullecía nada más que por haberlo hecho.