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Lunes 19 de febrero 2024
Va a llegar un día (,...)

Mamá / Papá - Escucho una playlist que hice yo mismo que me recuerda a las canciones que le gustaban a mi papá porque las escuché con él repetidas veces en la radio.

Pienso sobretodo en una casa donde sonaba su radio, perdón papá, porque la perdí en uno de esos tantos cambios. Va a llegar el día en que los objetos que fueron parte de mí se pierdan y tal vez no haya nadie para recordarlo con el mismo afecto que yo siento por ti.

Siempre hay una gota de angustia o de dolor cuando pienso en que ya no estás. No puedo evitar pensar en la vida-muerte, en las tardes tranquilas de la casa en el cerro. La noche me daba miedo, la sensación de oscuridad y silencio perpetuo, ojalá amaneciera rápido para no resentir la ausencia de mi mamá. A mis tres años tuve que aceptar sin reclamos su separación.
Me daba miedo elegir a mi papá, pasar la vida con él hubiese cambiado muchísimo la historia. Hoy día pienso que ese miedo no era más que la posibilidad de perdón que cabía en la personalidad de mi papá versus mamá. De elegir a papá, mi mamá tal vez se hubiese sentido traicionada, no así mi papá. Percibo a mis tres años que tuve la certeza de que tal vez sí entendería mi decisión.

Soy todos los días esa niñita asustada de elegir a mamá antes que a papá? Fue sorpresivo volver a ver mi papá después de esa primera separación y ver que todavía me quería, aunque no lo hubiese elegido a él.

Por qué elegí a mi mamá antes que a mi papá?
No sé que fue por entretención. Pero lo necesito, siento una pulsión que me avergüenza, quisiera verlo y abrazarlo. Decirle que lo quiero y que ha sido un buen papá. Escuchar la música que le gustaba me hace bien, pero me entristece estar lejos.

Papá, me siento solo y triste. Porque no puedo hablarte para decirte que cambié, que ahora puedo apreciar mejor la música que escuchábamos juntos en tu casa del cerro. Quiero preguntarte cómo era la ventana que daba a mi lado de la cama, qué pasó con mi perrito de peluche que dormía en tu casa. Por qué nunca me hiciste una pieza para que pudiera vivir contigo? Te hubiera hecho feliz eso? Por qué ya no estás si yo sigo aquí?

 No sé por qué un día me dijiste que la casa de tus sueños sería en el campo, con ventanales en vez de paredes para que se viera toda la casa. Que un día le ibas a decir a un arquitecto que la construyera, quizás ese fue el momento en el que sembraste la idea de ser arquitecto. Me hubiese gustado construirte una casa. Más que una aspiración vocacional creo que pusiste un deseo de futuro, en el que yo podía descansar y pensar en algo lejano.

Podíamos conversar de la existencia, pero nunca pude decirte lo que me pasaba. Me avergonzaba de mí mismo, porque me entregué al cuerpo de mi hermano y tú no lo detuviste porque yo elegí vivir ahí.
Es como si hubiese decidido comerme el lado podrido de la manzana, ingenuo. Creo que heredé tu mal carácter, esa reacción ofendida cuando te preguntan algo desagradable, como si la estupidez ajena fuese una agresión a tu intelecto.

Perdón, papá.
Aunque no fueras un santo, hay algo en la muerte que redime y tengo miedo de ver a mi mamá en el ataúd. No puedo verla viva, menos voy a tener el coraje de verla muerta y no quiero enfrentarme a estas emociones que siento contigo ahora, porque entre tú y yo había una distancia silenciosa que no era necesario irrumpir porque nos podíamos entender sin decir nada. En cambio mi mamá plantea un desafío del cual no me siento capaz, yo sé que tú me entiendes.

Por qué no quisiste vivir conmigo? Qué esperabas de mí cuando yo iba a visitarte? Por qué mi mamá iba a dejarme? Qué acuerdos decidieron cuando se separaron? Por qué no me preguntaste tú si quería quedarme? Por qué mi mamá siempre tuvo que tener la palabra? Si yo, hoy te elegiría a ti, porque prefiero morirme de aburrimiento contigo antes que haberme condenado al abuso que viví.
Papá, tengo pesadillas de mierda, mi hermano me persigue y la única respuesta que tengo de mi terapeuta es el trauma. No puedo suicidarme, no te haría bien, a nadie de la familia.
Cuéntame las historias de las composiciones que me gustan.
Papá, el año pasado se murió Patricio Bañados. Yo no sabía que él era la voz de la radio Beethoven. Fue como si una parte de ti y de mí se murieran, me dieron ganas de haberlo conocido en persona, decirle que eras importante para mí.

Una vez le escribí un correo a la radio, agradeciéndoles la conexión que siento contigo cuando la escucho. Los objetos y su desaparición son dolorosos, pero resulta que la música, las letras, todo lo que no puedo tocar perdura y despierta emociones en mí que no sé describir.

Papá, han pasado ocho años desde que te vi morir, perdón, perdóname por ser tan cobarde. Me siento mediocre, no soy un genio como tú. Me pregunto si alguna vez llegaré a ser brillante en algo, te extraño muchísimo. Quisiera poder abrazarte, sentir tu panza grande y tibia.

Estoy triste, no sé explicarlo. Es como si todo el mundo estuviera muerto y mi cuerpo sigue moviéndose de un lado a otro, sin motivo aparente. Sigo deprimido, no soporto la historia que vivo. Siento que estoy aislado del resto del mundo y carezco de vigor.

Te quiero, papá. Quiero poder decir tu nombre y saber que estás ahí, en carne y hueso para apoyarme incondicionalmente. Perdón por llorarte, por fracasar tantas veces. Me cuesta mucho hablarte, no sé describirte lo que siento, que te extraño pese a lo difícil que fueron las cosas. Quisiera poder estar contigo y hablarte ahora, decirte que te siento conmigo gracias a las canciones que dejaste grabadas en mí, que tengo miedo a olvidarme y que me duele estar tan lejos de ti, aunque te sienta cerca mío.

Es esa relación vida-muerte que se contradice y me cuesta tenerla en conciliación.

Ojalá pudiera vivir en los recuerdos gratos, de nuestros paseos por el colegio Giordano Bruno, cuando me llevabas a las Kermeses. Paseábamos por el huerto, me gustaba verte feliz. Hablar con el carpintero del colegio, verte sonreír. Eras tierno y dulce, tu voz era agradable y me gustaba que apreciaras tanto la capacidad humana de silbar.
- Bitácora THR